Autocomplacencia

Las pasadas elecciones presidenciales francesas se tradujeron en nuestro país en un clima de grosera autocomplaciencia. Muchos vieron en esas elecciones y en sus candidatos mucho de lo que anhelan y aspiran a disfrutar por estas tierras. Sin embargo, algunos «detalles» de entonces y muchos de los acontecimientos posteriores fueron convenientemente olvidados. No dejes que la realidad te arruine una buena dosis de autocomplacencia.

Uno de los clavos ardientes al que se agarraron muchos ansiosos por cargarse de razón fue el de la participación: ¡más de un 80%! Este dato fue convertido ipso facto en un «ojalá», una sana envidia de una situación que pasaba a ser el techo a perseguir, la experiencia más cercana a la verdadera democracia. Fue publicarse el porcentaje de participación e iniciarse inmediatamente los trámites para su beatificación, todo entre gritos de júbilo acerca de la «inmejorable salud de la democracia».

La OMC anunció la formalización del Mercado de la Esclavitud para África

Lo podemos ver en su propia página web:

A system in which corporations own workers is the only free-market solution to African poverty, Schmidt said. «Today, in African factories, the only concern a company has for the worker is for his or her productive hours, and within his or her productive years,» he said. «As soon as AIDS or pregnancy hits—out the door. Get sick, get fired. If you extend the employer’s obligation to a 24/7, lifelong concern, you have an entirely different situation: get sick, get care. With each life valuable from start to finish, the AIDS scourge will be quickly contained via accords with drug manufacturers as a profitable investment in human stewardees. And educating a child for later might make more sense than working it to the bone right now.»

To prove that human stewardry can work, Schmidt cited a proposal by a free-market think tank to save whales by selling them. «Those who don’t like whaling can purchase rights to specific whales or groups of whales in order to stop those particular whales from getting whaled as much,» he explained. Similarly, the market in Third-World humans will «empower» caring First Worlders to help them, Schmidt said.

[…]

«This is what free trade’s all about,» said Schmidt. «It’s about the freedom to buy and sell anything—even people.»

Lo dicho, esto aparece en su propia página web: www.gatt.org

¿Qué ocurre? ¿Has encontrado la trampa?