Esperando al Viento

La abstención exorcizada (o “preferiría no hacerlo”)

Lo mejor que he leído al respecto. Es en muchos aspectos lo que uno siente respecto al tema elecciones/abstención, al que acabo dando mil vueltas por no ser capaz de expresarlo con tanta certeza y lucidez. El culpable es, otra vez, Rafael Cid en Rojo y Negro:

En estas condiciones, la pregunta recurrente es la misma de siempre para la gente históricamente engañada por políticos de la izquierda lingual y la derecha real. ¿Qué hacer? En estas lides los anarquistas tenemos hecho un master. Hay que votar en conciencia (con ciencia) y eso incluye también no votar, la abstención. “Hombres sin miedo y sin esperanzas”, que decía Sender, tenemos que zafarnos de coyunturas y jeremiadas, y decidir desde la ética libertaría, nunca desde la tamborrada sectaria, aunque nos llamen bonzos o compañeros de viaje. El consejo es que no hay consejos sino actitudes. Tan errático en este cara-cruz de la política-poder (¿qué ha de lo mío?) es vocear que quien ejercita su voto con la nariz tapada para conjurar otro aznarato es un pringao, como pretender que el que manda a paseo con cajas destempladas a los impostores del talante es un pirao. Y por encima de todo y antes que nada, hay que tener claro el enorme valor político, subversivo, democrático y culturalmente transformador que tiene la abstención meditada, razonada y proclamada.

El calibre de analfabetismo político en España se mide por la dosis de intolerancia hacia la abstención que machaconamente exhiben a piñón fijo derecha e izquierda. Resulta un dislate intelectual tener que recordar que la abstención es el más básico de los derechos políticos, el ejemplo más primario de la libertad de expresión, la capacidad de decir “no” sin morir en el intento. Hablamos de esa pulsión natural que Hermam Menville inmortalizó en la frase “preferiría no hacerlo” de Bartleby, el escribiente, que figura ya por mérito propio como icono de la insumisión pasiva. Hay una abstención técnica, otra fruto del aburrimiento y la despolitización de la sociedad de consumo, pero la abstención anarquista es todo lo contrario, es cognitiva, nace de la coherencia y significa re-politización en el camino de la auténtica paideia democrática. La anarquía es la más alta expresión del orden, aunque no hay diploma ni título universitario que imparta esa materia.

Los partos son dolorosos, pero llegará un día en que, al igual que sucede con la economía, la política al uso exija un contundente decrecimiento. Si ya resulta incuestionable que de seguir el ritmo productivo actual la vida en la tierra corre serio peligro y hay que adoptar formas sostenibles para no esquilmar los recursos naturales, otro tanto necesariamente tiene que ocurrir con los modelos tradicionales de hacer política. Resulta urgente frenar una dinámica seudodemocrática que ha institucionalizado la servidumbre voluntaria casi como un avance civilizatorio. Y la mejor y más radical manera de abrir ese horizonte es reivindicar el derecho a la abstención. El equilibrio económico general no existe, ni el mercado autorregulado, lo mismo que la representación de la voluntad general. Son mitos, ficciones de relatos-trampa para gastar la vida y arruinar nuestra existencia.

Cuanto más lo leo más me gusta. Aún no tengo claro quién va a bajarse, pero a éste lo subo ya mismo al podium. He extractado sólo tres párrafos pero el artículo entero es una auténtica maravilla. Sólo me queda decir: reflexión, meditación, política… y con esos mimbres, si de verdad son esos, sólo hay un resultado posible: el 8%.

15 febrero, 2008 - Posted by | Uncategorized | , ,

2 comentarios »

  1. Gracias! (Tengo unas ganas de que metan RSS feeds los de Rojo y Negro…)

    Comentarios por Daniel Lobo | 15 febrero, 2008 | Responder

  2. Impresionante artículo, ¿verdad?

    Los artículos de Rafael Cid (no estoy seguro si los de Carlos Taibo también) los suelen colgar en Red Libertaria, y tal vez esa página sí tenga feed. A lo mejor como solución provisional no está mal.

    Saludos.

    Comentarios por Jimmy Jazz | 15 febrero, 2008 | Responder


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