Sólo diré adiós

Hace más de dos semanas tomé una decisión. Tardé un tiempo en hacerla efectiva, y aún más en hacerla oficial (que es lo que intento ahora). Es algo muy simple: me marcho de Red Progresista. Éste es el último post que publicaré en la portada de RP, y lo hago porque creo que tengo derecho a informar allí de mi marcha.

En realidad ha sido más sencillo tomar la decisión que hacerla pública. Primero, porque fue tomada casi a la par que la de otros compañeros (decisiones todas ellas tomadas de forma independiente e «incomunicada», por lo que era innecesaria esa imagen de grupillo en desbandada cuando no era real). Segundo, porque tenía demasiadas cosas que contar y quería tomarme mi tiempo para hacerlo. Y tercero, porque todas esas ganas desaparecieron y todo era pereza por tener que explicar algo que yo y quien me preguntó ya tenía más que entendido y asumido.

Me basta con decir que coincido plenamente con lo que escribió Alberto al respecto de su marcha, por lo que me parece que el enlace a su entrada es suficiente explicación para la despedida. Me vale porque es mi opinión casi calcada punto por punto. También conozco los motivos de otras salidas de RP (y me refiero a Judas), y los comparto de igual modo, pero el post de Alberto me parece descriptivo, sintético y certero a más no poder. Sólo quiero dejar muy clara una cosa: no me voy por la marcha de nadie, por solidaridad por nadio o por pegarme fuego por nadie. Incluso, si se me apura, no me voy por una injusticia concreta y puntual. Me marcho por lo que he visto después. Digamos que esas fueron las semillas y alrededor de ellas se han ido produciendo acontecimientos que sí me han impedido seguir en la red.

Los errores son humanos, se solucionan y se perdonan, siempre han existido y siempre existirán. Por eso, esos errores (sin entrar en las motivaciones que pudiesen estar detrás, no me importan) no son la causa última de todo esto. La verdadera causa ha sido que a partir de ellos he podido aprender mucho de cómo era el lugar donde estaba y quienes me acompañaban. Para ir terminando e ilustrar mejor a qué me refiero voy a recordar algo que escribí hace tiempo:

[…] el órgano de decisión del que deben emanar estas decisiones, es decir, su asamblea, ni ha debatido ni se ha pronunciado acerca de dicha participación. Dada la pluralidad de la red, sólo el consentimiento consensuado de dicha asamblea puede ser la llave para considerar a la red en su conjunto presente, ya sea activa o pasivamente, en evento alguno.

[…]

Red Progresista pretende organizarse de forma horizontal, sin puestos ni cargos, ya sea para la coordinación, dirección o representación. Para dichas labores el único órgano existente por expreso deseo de los miembros de RP es su asamblea, compuesta por todos los autores que deciden asociar sus bitácoras. Allá donde la asamblea no haya consensuado, tras el pertinente debate, la presencia de Red Progresista, no se podrá considerar que dicha red está presente o representada en su conjunto, y los miembros de dicha red que asistan sólo lo hacen a título individual como miembros de RP (con todo su bagage y méritos personales intactos, por supuesto).

Aunque el tema que motivó este texto era diferente, lo que queda claro es a qué nos referíamos cuando hablábamos de RP: horizontalidad, asamblea, consenso…

Pues bien, creo que no costará mucho entender mi decisión y estará sobradamente explicada si aclaro que hace unos días pude leer que si tal o si cual «la asamblea no habría refrendado mi decisión». Es el resumen perfecto a algo mucho más denso y complejo que yo nunca podría resumir en condiciones.

Es evidente que esta grieta ha sido algo más profunda y ha enseñado más las vergüenzas del invento. El hecho de que yo escribiese aquella entrada es claro síntoma de que alguna otra grieta ya habíamos observado, que la máquina no funcionaba tan bien como debería. Curiosamente estas grietas, por menores, fueron despreciadas por algunos que ahora cayeron por el agujero abierto. Entonces se admitieron mal las llamadas de atención. Ahora no ha sido distinto.

Me gustaría dejar muy claro que esos déficits, «anomalías» como las calificó un amigo, no son achacables a nadie en concreto ni buscadas intencionadamente por nadie. Ha sido un error de todos, un no acabar de hacer bien las cosas por lo que fuere. Yo colocaría esto, así como las disfunciones que de ellos se derivasen, en esos fallos que ayudan a aprender y que si son subsanadas aportan robustez. Sin embargo, lo que me ha quedado claro, porque es una de esas liebres que se ha levantado con los errores puntuales, es que la inercia que todos hemos creado no va a detenerse por las buenas. Que las grietas existen, se detectan y a otra cosa. Llegó un momento en que la vida era más confortable con dichos defectos estructurales. ¿Por qué? ¿Por quiénes? Como todo el mundo puedo hacer conjeturas, y tengo mi opinión, pero ya no me apetece seguir dando vueltas al tema y posiblemente no aporte nada.

Lo importante es que sucede, y hasta aquí llegó la aventura. Agradezco enormemente el que se me invitara a participar. Por el mero hecho de hacerlo y porque aquí he aprendido lo que no está escrito. Porque me ha obligado a leer, formarme, informarme, etc. Porque me ha ayudado a no abandonar el blog definitivamente. Porque he disfrutado y conocido a gente que vale la pena y de la que nunca paro de aprender (y no pararé). Acabo disculpándome con quien alguna vez haya podido molestarse conmigo (reconozco mi vena «tocapelotas») y deseando toda la suerte del mundo.

PD. Posiblemente haya quien esperase mayores y mejores explicaciones. Lo siento, pero me da una enorme pereza tratar un tema que para mí está cerrado hace más de una semana. Si ni siquiera me voy a parar a releerlo porque me muero de ganas de publicarlo y olvidarme…