«Hay una casa para tí»
La semana pasada recibí una misteriosa llamada telefónica en la que una voz femenina me decía:
«Hola, te llamamos para decir que… ¡hay una casa para tí!»
Luego, esa voz de mujer me explicaba algo que todo el mundo sabe y que más o menos se ha visto obligado a aprender: que esa casa aún no existe, y que tampoco existe aún el dinero necesario para hacer que la casa brote del suelo porque no van a ser ellos los que se la jueguen poniéndolo de su bolsillo, pero que no hay problema porque mi alcalde ha tenido la generosidad de ceder unos terrenitos a esta cuasi-ONG para poder hacernos ciudadanos que disfruten plenamente de ver respetado uno de sus derechos.
Esa voz terminaba:
«Pero tú debes tener algo para nosotros. Nada, poca cosa: 24000 € a abonar en diez días»
Qué incomensurable alegría. No he podido resistirme y me he arrancado por Jello Biafra:
El refugio ante esta locura está en los libros.