Esperando al Viento

Re-politizándonos

pura_anarquia.jpgHagámoslo tan corto como sea posible: andamos de nuevo por aquí, que es lo que vale, y andamos transitando los mismos caminos, que eso no ha cambiado ni tiene pinta de hacerlo. Para evitar caer en la tentación de hablar de motivos, de si se ha echado algo de menos o todo lo contrario, etc., entremos directamente en harina:

Rafael Cid ha escrito una serie de 10 artículos para Rojo y Negro, la publicación digital de CGT, que me parece que se gana a pulso el sitio en el podium de lo más interesante que me he encontrado en todo este tiempo por la red. Sólo voy a colgar unos extractos de sus primeras entradas, por su valor y porque me parecen fragmentos perfectos para esta vuelta a la actividad puesto que valen tanto para refrescar memorias (para recordar los viejos vicios del que escribe) como para hacer una presentación y declaración de intenciones (si alguien aún no había pasado por aquí).

Uno de los espantapájaros que tan rotundamente han marcado la historia del anarquismo es el de lo “político” y todo lo que gira a su alrededor. La ideología dominante en la práctica social ha pretendido la existencia de un “antipoliticismo” o “apoliticismo” como base sustantiva y perenne de la idea libertaria, relegando su virtualidad al limbo de los oxímoros o de las contradicciones fácticas. Si el anarquismo rechaza de plano la política, que es el espacio obligado de transformación convivencial, se sitúa fuera de la realidad existencial y carece de sentido. Esa ha sido, en cierta manera, la proverbial cantinela esgrimida por tirios y troyanos. Y sin embargo, se trata de una superchería.

Por el contrario, el anarquismo es el más político de los prontuarios sociales conocidos. Pero siempre que el término “político” se utilice con propiedad y no en su actual versión degradada y degenerada de mediación entre sujeto y objeto. Desde la aristotélica concepción del hombre como “zoom polítikom” (animal social) hasta la reciente de Karl Mannheim que entiende la política como “cualquier actividad que tiene como fin la transformación del mundo”, la acción directa anarquista puede significarse como la más acabada formulación de la político. Mientras, la política convencional es ejercida por profesionales a través de partidos políticos que en realidad sólo contribuyen a legitimar la actual neoservidumbre voluntaria.

La política cotidiana nada tiene que ver con la política originaria. De una acepción política a otra hay un abismo. Lejos de ser el ciudadano el titular de la política, como en natural derecho le corresponde, se ha convertido en un trasunto de preceptores que, por delegación seleccionada entre partidos con listas cerradas y bloqueadas, hablan en su nombre, negocian y deciden por él. Es el triunfo de la versión lampedusiana de la política, consistente en cambiar algo para que todo siga prácticamente igual, y no una experiencia de autodeterminación que se presumía como actividad para “transformar el mundo” circundante. El político realmente existente es un impostor, un guardián del statu quo, un mal traficante de sueños, que altera lo que haya que alterar para adaptar la realidad a las necesidades de los avances tecnológicos y perpetuar así el sistema de dominación. No hay acción directa, sino vicaria. Ni tutela efectiva de la existencia de cada cual. Ni progreso verdadero y equidad. Lo legal vigente hoy en realidad es el reino de la antipolítico.

En su genealogía libertaria como asiento de la verdadera democracia y en la aceptación de lo político como autogestión, tiene el anarquismo su expresión más autentica. La que sustenta un modelo de construcción social de la realidad por cooperación y acción directa decididamente anticompetitivo y antirepresentativo. Es un proyecto de interacción que se pretende superador del modelo delegativo que desde el advenimiento de la era industrial constituye una ideología basada en la transfusión de arriba abajo de un esquema de pensamiento, como tiene estudiado Serge Moscovici y su escuela, para una determinada versión vital.

[…]

La auténtica democracia es anárquica y la anarquía bien entendida es democrática. Por contener ese explosivo potencial transformador, la anarquía ha sido postergada y despreciada por los sistemas dominantes, los mismos que abusan –performativamente- del término democracia para justificar políticas claramente oligárquicas. Es más, se puede sugerir que el anarquismo supone la replantación de la democracia rasa, la de la antigua Grecia, a la sociedad industrial antes de la programada despolitización de las masas desde el poder. Y que lejos de ser equivalente a caos, como ha sido motejado por el nominalismo ventrílocuo, es “la más alta expresión de orden”, como sostenía el geógrafo Eliso Reclús.

Una frase que pulía para la posteridad una idea expresada cincuenta años antes por Pedro José Proudhon, el creador del término anarquía: “La política es la ciencia de la libertad; el gobierno del hombre por el hombre, bajo no importa que nombre se disfrace, es la opresión; la más alta perfección de la sociedad se encuentra en la unión del orden y la anarquía”. Anarquía y democracia son conceptos sinónimos, reinterpretaciones de una misma causa, porque ambos identifican el gobierno del pueblo (si todos gobiernan nadie manda), una organización social que hace del hombre en libertad la medida de todas las cosas, parafraseando a aquel predemócrata de siglo VI antes de Cristo llamado Protágoras.

Al final de cada artículo se encuentran los enlaces a la serie completa. Aún no la he terminado, pero lo visto hasta el momento me vale para recomendarla encarecidamente. Altamente instructiva, y mortal para tanto vendedor de humo y difamador asustado de que se le mueva el sillón.

Y como post de descompresión creo con esto vale. A partir de mañana, como sucedía hasta hace unos meses, seguiremos por aquí esperando al viento que nos sacuda y nos aleje del reino de lo antipolítico. A provocarlo para que barra este maldito tiempo, este cementerio en el que tantos muertos vivientes deambulan entre cemento, alimentándose satisfechos de su propia autocomplacencia y estudiando los recovecos de sus respectivos ombligos. Mientras, nosotros vivimos esperando al viento…

29 enero, 2008 - Posted by | Uncategorized | ,

11 comentarios »

  1. Se actualiza en lector de feeds. No puede ser. El vello se eriza. La página carga.

    Algo nuevo.

    Me has despertado algunas reflexiones sobre el anarquismo y el miedo a la libertad…. Otro día te cuento.

    El último párrafo sublime me trae unos recuerdos lejanos y casi olvidados que juré nunca olvidar. Gracias.

    Comentarios por judas | 29 enero, 2008 | Responder

  2. Era necesario que volvieras. Muchísimo. Tantos devaneos, tantas ganas de descreer, tantas ganas de convencernos de que esto es lo que hay y en un post consigues desbaratar todo eso.

    Como decía Maquinavaja, «mientras quede alguien en el mundo que no se deje dar por culo habrá poesía».

    Gracias.

    Comentarios por Lüzbel | 29 enero, 2008 | Responder

  3. Pues muchas gracias a los dos! Entre unas cosas y otras me ha vuelto el gusanillo de escribir algo, ahora veremos cuanto dura. Por lo pronto, volveremos a conversar y compartir cosas por aquí.

    Un saludo y gracias por la bienvenida y las opiniones.

    Comentarios por Jimmy Jazz | 29 enero, 2008 | Responder

  4. Como te había dicho, me alegro de que andes por aquí de nuevo. Estamos en una época en la que es necesario que todos los que puedan alzar la voz contra tanta desilusión y, me atrevería a decir, antihumanismo, lo hagan. Estamos viviendo la perversión de los conceptos, la manipulación de las emociones y las ideologías, y la hegemonía de la mentira.

    Vemos cómo los que se llaman socialistas no son sino ultraliberales disfrazados. Vemos cómo defienden el «anarquismo» gentes que apuestan por el libre mercado y hacen de Hayek su dios. Vemos como la izquierda se puebla de arribistas, nerviosa por su desaparición, mientras muere por falta de alimentación. Y contra todo eso, es urgente ponernos manos a la obra.

    Reivindicar otro mundo es posible, y cimentarlo con valores distintos a los que son dominantes hoy en día, es tarea imperiosa. Recuperar la sociedad para los seres humanos y la naturaleza, y alejarla de aquellos que, en definitiva, buscan destruir todo lo bello que tiene este mundo.

    Comentarios por Alberto Garzón | 29 enero, 2008 | Responder

  5. El placer es mío de volver a teneros por aquí. Sí que hacen falta muchas de esas cosas que comentas, así que intentaremos ir colgando por aquí las aportaciones (que tampoco son pocas) de quienes tienen y defienden esa otra visión de las cosas.

    Nos leemos, un saludo.

    Comentarios por Jimmy Jazz | 29 enero, 2008 | Responder

  6. […] comentarios Jimmy Jazz en Re-politizándonosAlberto Garzón en Re-politizándonosJimmy Jazz en Re-politizándonosLüzbel en […]

    Pingback por Democracia de top manta « Esperando al Viento | 30 enero, 2008 | Responder

  7. Saludos

    Amei

    Comentarios por Amei | 30 enero, 2008 | Responder

  8. Un saludo Amei, un placer verte por aquí.

    Comentarios por Jimmy Jazz | 30 enero, 2008 | Responder

  9. […] mejor empezar a hacer con el mundo lo que decía Alberto Garzón en un post de Jimmy Jazz: “cimentarlo con valores distintos a los que son dominantes hoy en día“. Quizás habría que sustituir el cabreo, la mala baba, el miedo permanente por la ilusión, […]

    Pingback por Los valores distintos | El Daño de Lüzbel | 31 enero, 2008 | Responder

  10. Me he dado cuenta tarde de que habías empezado a escribir de nuevo, pero no tan tarde, fíjate aún no son las dos. Un comienzo fuerte y muy lúcido y utilizando a un «maestro» muy lúcido como Rafael Cid. Anarquía y democracia, ahí donde el compañero Rafael Cid, ya escribí yo un artículo sobre Anarquía y democracia, apoyando así que la única forma posible de democracia es la anarquía. Otra cosa es que es difícil abandonar el sillón cuando tienes un cargo de representación, máxime si éste te da algún tipo de benefico, ni que tan sólo sea el saber que los demás te miran por la calle y hablan de ti porque «tú eres importante» porque «tú eres quien los representa». Pena de gente somos cuando ya no nos podemos ni siquiera representar a nosotros mismos, que necesitamos a quien nos represente en nuestro nombre. Ya no hablemos de cuando esa representación te reporta cosas a nivel lucrativo de cualquier ámbito, que eso está al pie de la calle.

    Bueno, no me voy a enrollar más, porque aquí entre Rafael y tú ya habéis dicho lo suyo. Me voy a quedar con lo que dice Luzbel para dejar un pensamiento de otro, que creo que era un psiquiatra y afirmaba algo así «Los pastores serán tiranos mientras las ovejas sean imbéciles». Y le estamos dando tanta lana al pastor que no nos va a dejar vivir libremente. Sí por ahí también dice Judas algo respecto a «El miedo a la libertad», la famosas tesis de Frömm de los años 30 que cada día cobran más actualidad. Todo está muy ligado, el miedo a decidir, equivocarse, rectificar, a ser tú mismo, etc. hace que nos vendamos siempre al mejor, mejor dicho al peor postor.

    Saludos y te sigo leyendo, que veo que has escrito más. Tal vez ya te conteste mañana.

    Comentarios por Jordi Gomara (itaca2000) | 5 febrero, 2008 | Responder

  11. Muchas gracias Jordi. Eres un crack escribiendo, pero comentando eres mejor. Este comentario también se merecería un post.

    Lo dicho, gracias y un saludo.

    Comentarios por Jimmy Jazz | 5 febrero, 2008 | Responder


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