Esperando al Viento

Colombia se desangra, Repsol se enriquece

(Artículo de Rebelión)

A pesar de que Repsol extrae una importante cantidad de petróleo de Colombia, y en su informe de actividades se precia de sus prometedoras áreas de exploración y explotación petrolífera, la multinacional española no tiene oficinas comerciales, ni sede oficial en este país; ni su logotipo ni su nombre aparecen en los pozos, estaciones de bombeo o camiones que transportan el petróleo.

¿Qué lleva a la mayor petrolera de América Latina a trabajar en estas condiciones de clandestinidad en Colombia?

Las operaciones de Repsol en Arauca

Repsol opera en Arauca en consorcio con la transnacional estadounidense Oxy en campos como los de Cravo Norte o Rondón, asociada a la empresa estatal Ecopetrol en campos como los de Catleya, y en solitario en Capachos o San Miguel. En todas estas operaciones se beneficia sin escrúpulos de los efectos que el terror paramilitar, integrado en la estrategia represiva del Estado, ha introducido en la sociedad araucana: el desalojo forzoso de población campesina e indígena que residía en la vecindad de los futuros campos o de los oleoductos, o el debilitamiento de las voces críticas a la actuación de las petroleras, entre ellas las de las comunidades indígenas, U’was y Guahibas, que se han declarado repetidas veces contrarias a las operaciones en sus territorios, las de los activistas sindicales que luchan por mejorar las condiciones laborales de los trabajadores o las de aquellos líderes sociales que abogan por un mayor reparto social de las riquezas generadas por el petróleo.

Repsol se introdujo en Arauca en asociación con la Oxy, compañía que sostiene un historial de apoyo y financiación a las unidades militares más vinculadas a violaciones sistemáticas a los derechos humanos, como la XVIII Brigada del ejército, a la que Repsol también financia a través de convenios de seguridad. Hay que resaltar también la coincidencia espacial y temporal entre la actividad petrolera de Repsol y el accionar de grupos paramilitares, así en torno al campo de Capachos es donde se están produciendo últimamente las más graves violaciones a los derechos humanos llevadas a cabo por el paramilitarismo.

Repsol se beneficia de que el Estado colombiano identifica los intereses de las compañías petroleras con el “interés general de la nación”, a sostener por encima de los derechos de las comunidades indígenas, a las que niega el derecho legalmente instituido a la “Consulta Previa”. Las comunidades indígenas U’wa y Guahiba ven amenazada su propia supervivencia, debido a los desplazamientos, a la militarización de sus territorios, a los efectos de distorsión socio-cultural que esta actividad introduce en las comunidades y a las consecuencias medioambientales que ponen en peligro los ecosistemas en los que subsisten. […]

La actuación global de Repsol.

[…] La experiencia de la actividad de esta petrolera en otros países del continente como Argentina, Ecuador y Bolivia, también está ligada a violaciones de los derechos de los pueblos indígenas, al fomento de la corrupción, así como al deterioro irreversible de los entornos sociales, culturales y ambientales, donde opera. Recordemos en este sentido que Repsol está encausada en Bolivia por contrabando y falsificación de documentos y en Argentina por delito medioambiental en territorio mapuche. […]

Artículo completo en Rebelión

Repsol mata
Mural pintado en el cauce del Turia en Valencia

Mucha más información en www.antimilitaristas.org.
(Actualización 10:55: Las multinacionales de la muerte)

12 abril, 2007 - Posted by | Uncategorized | ,

3 comentarios »

  1. […] leyendo en Esperando al Viento Jimmy Jazz, 10:10 – Archivado en Sociedad, Internacional. […]

    Pingback por PLANET www.Red Progresista.com » Blog Archive » Colombia se desangra, Repsol se enriquece | 12 abril, 2007 | Responder

  2. Muy interesante. Lo voy a compartir con un puñado de conocidos que tienen lazos en la zona a ver cual es su reacción.
    Saludos,
    Daniel

    Comentarios por Daniel | 17 abril, 2007 | Responder

  3. A mí también me lo pareció. Además, pocos días después encontré en alguna página (Tortuga, creo) una fotografía de un cartel de Coca Cola (como compañía, no como producto) hablando de no sé qué de «ganar la guerra», en referencia al tema de la guerrilla, los paramilitares, etc. que venía a cuento de la relación de Coca Cola con la zona, sobre lo que también se ha escrito bastante.

    Por cierto, tengo por ahí el enlace a un documental que emitió La 2 y que se me pasó (ayer lo encontré) en el que se hace un repaso general a la situación actual (miedo, globalización, capitalismo, juventud…) y que no viene sino a pintar el cuadro completo en el que este episodio, como muchos otros más célebres, no son más que un pedacito. A ver si lo cuelgo en un post.

    Saludos.

    Comentarios por Jimmy Jazz | 17 abril, 2007 | Responder


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